JUNCKER para principiantes/for dummies – I entrega

Esta artículo fue publica en El Nuevo Federalista el 8 de Agosto de 2014

 

Estimado lector,

escena 14- cierre

Soy consciente que en las fechas que nos encontramos usted se plantea muchas cosas, por  ejemplo:  a qué piscina ir, qué tapa tomar, si tinto de verano o cerveza y, en última posición, su  curiosidad por conocer al nuevo electo presidente de la Comisión. Por eso visita esta página y por  eso mismo, para ponerselo fácil, desde JEF-UEF y su publicación, el Nuevo Federalista-sección “Ya semos europeos..¡UE!”, hemos  decidido ofrecerle nuestra guía de “Juncker para principiantes”, con cuya lectura confiamos salga  refrescado, informado y en forma para afrontar victorioso cualquier tertulia de verano con los  amigos. Bueno, vamos al relleno de la aceituna, ejem..al tema, así que nos van a permitir ponernos en su lugar y plantearnos las mismas dudas que a usted le asaltan y a las que daremos    respuesta :

1.-Bueno este señor ¿quién es? ¿de dónde viene?

 JEAN-CLAUDE JUNCKER, “juan“ o “juanito“ para los íntimos, nació en 1954, en el Gran Ducado de Luxemburgo; el segundo estado miembro más pequeño del UE (ejem…sobran comentarios) donde vivió y se crió felizmente. Como buen europeísta, su vida también quedó marcada por la guerra, en este caso a través de su padre, quien fue reclutado forzosamente para luchar en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

 2.-Sí, pero ¿ tiene estudios?

A su manera tuvo su Erasmus: durante su juventud estudió en 3 países, ya que cursó la educación primaria en Belvaux (Luxemburgo), la secundaria en la población belga de Clairefontaine, para completar el bachillerato en la Ciudad de Luxemburgo. Finalmente, en 1975 se matriculó en la Facultad de Derecho (en Europa una de las carreras más difíciles) de la Universidad francesa de Estrasburgo, licenciándose en 1979, es decir, a curso por año, demostrando que el chaval estudiaba y de paso nos habla 5 idiomas.

 3.- Vale, tonto no parece que sea pero ¿qué ha hecho desde el 79?

Efectivamente la fecha es lejana y ya desde entonces al Sr. Juncker (que no tenemos tanta confianza) le gustó lo de la política, en lugar de ponerse a ejercer en un bufete puso sus conocimientos jurídicos al servicio del Partido Popular Social Cristiano (CSV/PSC), y a la tierna edad de 28, allá por el 82, fue nombrado secretario de Estado de Trabajo y de la Seguridad Social. El chaval apuntaba maneras de político trabajador, tal es así que 2 años después le nombraron ministro de trabajo y en 1989 le sumó la cartera de Finanzas (algo que más adelante será clave, como veremos) con la que seguiría hasta 2009 (se ve que le gustó la cartera)  y desde enero de 1995 y hasta diciembre 2013, casi 19 años, fue Primer ministro del Gran Ducado de Luxemburgo. En este período ganó tres elecciones generales consecutivas y encabezó cuatro gabinetes de coalición (con liberales o con socialistas, según saliese) así que algo bueno tenía que ser.

Resumidamente, su gestión fue liberal conservadora en lo económico y más progresista en la protección social  (¡toma frase de tertulia!) y su mandato coincidió con varios años de envidiable prosperidad económica (Luxemburgo tenía la mayor renta per cápita de la UE)  previamente a la llegada de la Gran Recesión que en Luxemburgo fue menos intensa que en otros países de la eurozona (sigue teniendo la mayor renta).

 

4.- Bueno, algo mal habrá hecho ¿no? ¿O es un santo?

Efectivamente también nuestro protagonista se vio salpicado por los escándalos, en particular, el que acabó con su posición de Primer ministro, cuando salió a la luz pública el escándalo de las escuchas a las primeras autoridades del país por parte del servicio secreto luxemburgués (sí, es así, nos sorprendió tanto como a usted  ¡Luxemburgo tiene servicio secreto!). Un servicio, en teoría, bajo el control del propio Juncker,  pero como se comprobó, andaban un poco descontrolados, hasta el punto que el propio Juncker  acabó espiado. A pesar de esto, volvió a presentarse a las elecciones y fue el más votado pero no consiguió asociarse ni con los socialistas ni con los liberales, quienes se entendieron por su cuenta.

En otro ámbito, también resultó algo controvertida su defensa del secreto bancario y las ventajas fiscales y económicas del Gran Ducado, al punto de estar considerado un paraíso fiscal, pues a fin de cuentas, es de lo que vive el país (un cuarto de su economía es esto).

 

(CONTINUARÁ…¡y prometemos una exclusiva!)

¿Para qué votar el 25 mayo? Un ciudadano y su paella

Este artículo fue publicado en El Nuevo Federalista el 21 de mayo de 2014

 

Ante las próximas elecciones, invitamos al lector a hace una pequeña reflexión para que vea como está en juego lo que realmente importa, las cosas de comer.

Permítame el lector comenzar con una disculpa, en tanto que europeísta, cargo con el pecado de “aburrido”, nos llenamos la boca de palabras, o palabrotas, europeas  pensando que todo el mundo lo ve y entiende igual, ciertamente para usted, ciudadano con sus preocupaciones diarias, muchas veces el tema europeo ni le va ni le viene, con toda la razón, se lo hemos explicado fatal, así que me van a permitir que use el mecanismo más sofisticado que conozco para explicar porque le interesa votar el 25 de mayo, usaré LA PAELLA.

¿Cómo? muy sencillo, piensen en una familia de 28 miembros, los abuelos, tíos, padres, primos, etc. que se reúnen para comer paella ¿Qué harán? ¿Cada uno su paellera, su cazo de arroz, su bombona de butano, sus tropiezos? o ¿Una gran paellera donde se combinan todas las aportaciones? piense que cunde más y tendrán el lector los presupuestos comunitarios servidos y  con ellos las políticas europeas, pues de eso se trata de hacer mejor algo juntos, que por separado saldría peor y/o más caro. Ahora bien, la paella hay que cocinarla ¿quién se encarga? pues como se trata de una paella muy grande vamos a necesitar 3 cocineros: el  Chef-Comisión, el Chef-Consejo y el Chef-Parlamento. Los tres, en equipo, se encargarán de cocinar nuestra estupenda paella: el Consejo propone la receta y la Comisión la lleva a cabo, pero ¿qué pasa si a usted le gusta más “socarrat” el arroz? ¿O con más verdura? ¿O pollo? ¿Quién vigila que no se guarden parte del arroz o que no pongan todo el empeño en cocinar un buen plato? ¿Qué cocinero vigila que a usted se le oiga y se le haga caso? ¿Quién evita que el primo alemán imponga su receta? ese es el Parlamento Europeo.

Con su voto, usted le está diciendo al cocinero como le gusta la paella, como quiere que sea y lo que quiere que tenga, por supuesto con tantos comensales habrá que encontrar un punto intermedio, pero si quiere que lo suyo se tenga en cuenta, tendrá que hablar y se habla votando. Le propongo que busque los cocineros más serios, sus eurodiputados, aquellos cuyas propuestas realmente le sirvan al final su plato de paella que tanto merece usted, como ciudadano europeo y que toma la forma de políticas contra el desempleo, Erasmus, I+D, ayudas a la agricultura y pesca, fin del roaming en Europa, vuelos baratos. Y un largo etc.

Nota aclaratoria – este artículo se publico antes que el proyecto «Ya semos europeos ¡UE!» tuviera su forma definitiva y por la circunstancia de las elecciones , no tenía gracia publicarlo 2 meses después de las elecciones.