No unimos países, unimos personas, Erasmus- 1ª parte

Publicado en el Nuevo Federalista el 18-11-2014

Originalmente, el presente artículo fue escrito hace unos años para celebrar el aniversario del programa Erasmus, desde entonces, el programa ha ganado mayor presencia en la realidad europea,  en forma de Erasmus +, pero su contenido no ha perdido ni un ápice de su validez  y de ahí su publicación.

Nos encontramos hoy en un marco singular para celebrar el 20 aniversario del Programa Erasmus. La Complutense e, a día de hoy, la universidad que más Erasmus recibe y envía de Europa y, dentro de ella, la facultad de CC. Políticas donde hoy nos encontramos. Esta facultad es una de sus principales componentes, lo que añade un sabor especial a la celebración auspiciada por la Cátedra Jean Monnet.

Erasmus_logo.svgLa verdad es que cuando me invitaron a participar en este evento para hablar de la experiencia Erasmus acepté sin pensar y claro, nada mas colgar el teléfono me asaltaron las dudas: “vale, tengo que hablar del programa Erasmus, todos creemos saber qué es, pero ¿De verdad es un instrumento que integra a Europa?¿No estaremos yendo un poco lejos? ¿Por qué es tan especial?¿Qué convierte al Eramus en lo que es?”

Estas preguntas me hicieron reflexionar y me embarqué en una pequeña búsqueda, tanto a través de la historia, como de mi propia experiencia como becario Erasmus y después ayudando a los estudiantes Erasmus de esta universidad. Finalmente, creo tener la respuesta y mi intención aquí hoy es compartirla con todos ustedes..

Permítanme ahora hacer un pequeño viaje al pasado, para ello, nos bastará la herramienta Erasmus por excelencia, es decir, Holbein-erasmusInternet. Tras teclear las palabras adecuadas, nuestra búsqueda nos lleva hasta un tal Erasmo de Rótterdam, quien como todos saben ,pero mucha gente olvida, ha dado nombre al programa que hoy nos trae aquí. Pero no voy a recordar todos los méritos de uno de los mayores pensadores europeos, para el cual las fronteras y los países no existieron ( Labor meritoria la de recorrer Europa  cuando todavía no se había inventado los vuelos de bajo coste-low cost, ni siquiera el Inter.-rail) tan solo quiero recordar una frase suya que llamo poderosamente mi atención  :“Para el hombre dichoso todos los países son su patria.

Interesante, aunque  no bastaba para resolver mis dudas, así que seguí navegando hasta toparme con la biografía de un mozalbete francés, consumado viajero, quien recién comenzado siglo XX, y a la temprana edad de 16 años su padre lo envía a estudiar a Inglaterra. Antes de partir, su padre le ofreció  un  consejo :

“No importan los libros, nadie puede pensar por ti, mira por la ventana, habla a la gente”.

                     

 Según parece y cuenta la historia, aquel mozalbete  escuchó y aprovechó el consejo, se llamaba Jean Monnet y, varías décadas después, destacaría como uno de los padres fundadores de la Comunidad Europea. Avancemos unos años más, pongamos hasta un 9 de mayo de 1950, en París, y recordemos algunas de las  palabras que Jean Monnet dejó escritas en su discurso para Robert Schuman:

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 “De este modo se llevará a cabo la fusión de intereses indispensables para la creación de una comunidad económica y se introducirá el fermento de una comunidad más profunda entre países que durante tanto tiempo se han enfrentado en divisiones sangrientas »

Ese fermento al que hace alusión ¿Qué era exactamente?¿ Era solo carbón y acero?…¿Pudo estar pensando en algo llamado Erasmus? Esta duda me asalta con más fuerza cuando leo que 2 años más tarde Monnet declaró respecto al proyecto de comunidades europeas lo siguiente:

“nosotros no unimos países, unimos personas”

 

Pero cómo pensaba hacerlo ¿Estaba pensando unirlas  a golpes de acero y carbón? Sinceramente lo dudo, pero desde luego no era algo sencillo lo que proponía.

Nuevamente, otro salto en el tiempo: 1987. ¿En qué pensaban los miembros de la comisión cuando establecieron un programa de intercambio bajo el nombre de “Erasmus”? Sin duda buscaban nuevas herramientas para una mayor integración europea , pero realmente ¿Sabían lo que estaban creando?¿Eran capaces de vislumbrar en qué se convertiría el programa Erasmus? Con la ventaja de tener la perspectiva del tiempo de mi parte, creo que no. Hasta aquí hemos visto el esquema teórico  y es aquí donde palabras y sentimientos se separan, hemos de empezar a hablar de algo que no se puede describir fácilmente y que por espacio de 20 años no ha dejado de propagarse: la experiencia Erasmus.

Aalto-University-to-Lead-International-Lloyds-Register-Foundation-Research-Centre-of-ExcellenceMe van a permitir ahora que personalice el relato y vayamos a un  pasado más reciente  para salir de la neblina de la historia y entrar en la cruda realidad en la que un joven como muchos, en este caso un servidor, le  anunciaron que le habían dado un Erasmus a Finlandia, en concreto a la universidad Técnica de Helsinki, Tecnillinen korkeakulu para los amigos (Aalto University ahora). Por fin podría disfrutar de eso que tanto había oído hablar,  el mítico Erasmus.. ¿Sería verdad que era pura fiesta? …¡No! Era mucho más que eso

El Erasmus es una extraña aventura. Cuando uno recibe la beca siente miedo, vértigo, ante la experiencia que se avecina. Antes de solicitarla, todos hemos oído hablar de la beca Erasmus  y nos hemos forjado mil ideas de cómo será. A su vez, los pensamientos más comunes antes de emprender el viaje son: ¿Cómo pago yo esto?¿Seguro me divertiré tanto como mi vecino, primo, hermano, etc..? y en algunos casos ¿ Qué asignaturas me convalidarán? En mi caso se añadía otra de vital importancia ¿Haría mucho frío en Finlandia?.

Y cuando subimos al avión, como si fuera una montaña rusa,  lo único que se nos pasa por la mente es “¡Socorro! Quiero bajar, pero si yo en realidad no me quiero ir!” tan distinto de lo que diremos al final de nuestra beca “¿Ya se acabó? Pero, ¡si yo no quiero volver!”

 Dicen que los estudiantes cuando regresamos tenemos la cabeza llena de pájaros;  en mi caso, y sé que no soy el único, no fueron pájaros, fueron estrellas amarillas flotando en un fondo azul lo que tenía en la cabeza (y aún siguen ahí dentro). Y fue en ese momento cuando empecé a vislumbrar el secreto del Erasmus. Mi Erasmus había discurrido como un sueño,  fueron 9 meses que pasaron en 9 segundos, pero en los que viví  la experiencia de 9 años. Comprendí  el secreto que encierra el Erasmus, algo que solo se comprende al final la experiencia, del sueño  Erasmus,  y es que aquellos que van de Erasmus nunca vuelven. Vuelve otra persona distinta.

 Tras este maravilloso sueño, uno ha dejado de ser Español, Checo, Inglés o Chipriota, acaba de nacer un ciudadano europeo. Efectivamente, Erasmo tenía razón. “Para el hombre dichoso todos los países son su patria”. Cuando uno ha sido Erasmus no  hay país donde uno no se sienta cómodo o frontera imposible de cruzar. Igualmente el consejo que Jean Monnet recibió de su padre tomaba forma, en ningún libro te explican, ni podrán explicar jamás, lo que puede suponer el Erasmus en tu desarrollo personal. La física o la política que uno aprende allí fuera es la misma que puede aprender aquí, pero la experiencia ,¡no de conocer!, sino de  vivir y sentir en otro país, otra cultura y otra gente, ni en el mejor de los masters puede darte.

Continuará….aquí

Nota- el artículo se publicó firmado por Íñigo Cruz, no por el sello ya semos europeos, del cual es editor.

2 comentarios en “No unimos países, unimos personas, Erasmus- 1ª parte

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